“Para mí es importante que ENUSA tenga una vertiente social”

Entrevistamos a Manolo Espino, jefe de Diseño del Núcleo BWR con más de 25 años de experiencia en la casa. Fue él quien introdujo en el Programa Voluntariado Corporativo de ENUSA a la Asociación Cultural La Kalle, organización dedicada al desarrollo integral de personas en situación de riesgo y/o exclusión social del barrio de Vallecas en Madrid.

En nuestra charla, Manolo afirma que la experiencia ha servido para "abrir los ojos ante otra realidad social".

¿Cuál fue tu primer contacto con la asociación La Kalle?

Mi primer contacto con la asociación fue a través de un amigo que llevaba muchos años colaborando con La Kalle y había realizado varios trabajos como asesor en temas de calidad. Cuando surgió la iniciativa del voluntariado corporativo en ENUSA, se nos ocurrió que podría ser una buena idea plantear la posibilidad de colaboración. Además, en aquel momento, la actividad de voluntariado de ENUSA estaba más enfocada a programas de recaudación y gestión solidaria, y pensamos que sería bueno complementarlo con iniciativas de voluntariado social o profesional. La Kalle cumplía con todos los requisitos, no sólo por tratarse de una asociación con una importante labor social, sino porque además llevaba muchos años trabajando con colaboradores externos de prestigio como La Caixa, IBM o Leroy Merlin y había superado diferentes auditorías de gestión de calidad, EFQM, etc. En definitiva, reunía las características exigibles para que ENUSA pudiera establecer una colaboración en estos temas.

¿Cómo se te ocurrió la idea de que ENUSA pudiera ayudarles?

Antes de lanzarnos con el proyecto, lo que hicimos fue contactar con ellos: mantuvimos varias reuniones y conocimos sus instalaciones para definir mejor cuál podría ser nuestra aportación. La Kalle se dedica a la integración de personas entre 15 y 30 años en riesgo de exclusión social y fundamentalmente ofrece programas educativos y formación para el empleo, así que planteamos varias líneas de colaboración vinculadas a programas monográficos que creíamos que podían ser de utilidad a los usuarios del programa socioeducativo. Previamente, ya habíamos tenido una primera toma de contacto con ocasión de la organización de un sorteo solidario de material informático que realizamos internamente en ENUSA y cuya recaudación se destinó a la asociación, junto con algunos dispositivos para que utilizaran en sus itinerarios de inserción sociolaboral. Esta acción sirvió para que ENUSA y La Kalle pudieran conocerse mejor. El resultado fue muy positivo para ambas partes y, como continuación, se acordaron diversos programas monográficos a impartir en el curso 2018-2019, comenzando con el de ofimática básica.

¿En qué medida crees que ha beneficiado a los jóvenes de la asociación vuestra actividad de voluntariado?

En primer lugar, para el funcionamiento de la propia asociación, la contribución económica siempre resulta fundamental ya que les permite desarrollar sus programas.

Otro aspecto relevante que se ha puesto sobre la mesa al hilo de estos cursos monográficos ha sido la necesidad, no sólo de disponer de material adecuado para poder realizar presentaciones, sino también de adaptar sus sistemas y equipos informáticos a la realidad laboral que se van a encontrar los chavales. Contribuir con ese material, que en principio iba a ser una acción posterior, significa una ayuda permanente que no solo beneficia a la gente que asiste a las clases sino también a toda la organización.   

Los cursos de ofimática básica que se han impartido a los chicos de la asociación les han ayudado a entender que la informática no sólo es un juego, aunque tenga un ámbito lúdico muy importante, sino que también les facilita herramientas útiles para su desarrollo personal y profesional.

Por último, hay también una parte subjetiva que consiste en transmitir la idea de que todas las personas, con independencia de nuestra situación, somos iguales y que, al final, aprendemos todos de todos. Esto es lo más importante, que perciban que las cosas no son tan difíciles y que son capaces de abordarlas, también en lo que se refiere a la utilización profesional de la informática.

¿Qué significa para ti que la empresa a la que perteneces se vuelque en actividades como las de La Kalle?

Me hace sentir más satisfecho de la empresa donde trabajo porque pone su conocimiento al servicio de la sociedad. Para mí es importante que ENUSA se preocupe de estas cosas y que tenga una vertiente social enfocada a la integración de personas. A los empleados nos aporta y nos enriquece mucho que nuestra compañía entre en contacto con realidades diferentes de las nuestras personales.

¿Qué dirías que es lo que más os aporta de este tipo de actividades?

Nos abre la mente como colectivo de empresa, en el sentido de que nos hace ver que el mundo no sólo se dedica a hacer cálculos o elaborar informes, sino que hay algo más.